Escribiendo sobre la arena...

Después de que GZ se fue a Frankfurt se quedó mi alma flotando fuera de mi cuerpo. No recuerdo cuantas veces me rodaron las lágrimas mientras caminaba a casa, extra~ándolo, queriendo sentirme enamorada. Sentir un brazo rodeándome en la oscuridad...

Encontré un sitio en internet en el que las personas hacían preguntas sobre relaciones a distancia. Que era lo que supuestamente tu y yo teníamos.

Recuerdo que para poder solicitar una consulta, tuve que darme de alta. Al hacerlo, me di cuenta que tenía que llenar un perfil... Que cosa!, acababa de aterrizar en un sitio de citas. Jajajaja. Lo primero que pensé fue, ah que pendejada, si lo que no quiero es conocer otro wey, yo ya tengo uno que se fue lejos pero que supuestamente me extra~a y quiere seguir una relación. Como estaba muy desesperada por recibir consejo, di de alta mi perfil, subí un par de fotos y la fiesta comenzó.

Luego resultó que tuve que contestar un cuestionario bastante interesante sobre mi personalidad. Fue increible darme cuenta lo valiosa que soy, por un simple test...

En fin, recuerdo muy bien que los primeros mensajes que recibí fueron de un tal whitespace no se qué. Vi su perfil y me llamó la atención su gato, y que aunque no se le veía muy bien la cara en las fotos, porque unas fotos estaban movidas y las otras con gafas, dije bah, un loquito cualquiera.

Recibí muchos otros mensajes. Muchos con propuestas sexuales. Caray!, si lo que yo solo quería era platicarle a alguien mi situación con GZ y que me dieran consejo y había ido a parar a un sitio de citas, que estrés...

Cuando comencé a platicar con este tal whitespace, la conversación fluía, se sentía fácil, sin complicaciones. Despues de una semana, me di por vencida y di de baja mi cuenta. Yo realmente no andaba buscando una pareja, ni amigos, ni mada, quería, ya lo dije, un consejo.

Las cosas empezaron a ir mal con GZ en menos de lo que me imaginé. Dejó de escribirme derepente. Después de una semana de total silencio le pedí que me explicara qué había sucedido. Su respuesta fue simple: no estoy hecho para relaciones a distancia pero, quiero que sigamos siendo amigos...

Lo odié. Amigos?... Eso lo dice la gente para dejar sus opciones abiertas, yo no necesito más opciones abiertas, yo quiero un novio bien. Lloré esa tarde y se acabó, no le volví a llorar jamas: 14 de marzo.

Pero me quedó el recuerdito de aquél tal whitespace que para sorpresa mía, también era mi vecino. Y es que ese sitio hace los arreglos automáticos, de encontrarte a las personas más afines en la vecindad. Volví a dar de alta mi cuenta y lo busqué, sin poder recordar su sobrenombre tuve un golpe de suerte, lo hallé y le escribí. Sí se acordaba de mí...

Le di mi número de telefono y al poco rato me escribió. Maldito whatsapp del demonio...

Nos conocimos en persona un 17 de marzo. Hemos estado juntos desde entonces. La mayor parte del tiempo en su casa, cocinando, viendo series, jugando con su gato, haciendo el amor. Es curioso porque, no tenemos nada en común, mas que la necesidad de estar juntos. Su inglés es bastante bueno, pero nuestras pláticas no lo son tanto. Él sabe muchas cosas y yo se de otras, incluso a veces me hace sentir como si no supiera nada. Esa es una maldita costumbre de los géminis. No hay muchas cosas que me gusten de él, pero es guapo. me encantan sus ojos, tiene los ojos mas bellos que he visto, en los que ya me he reflejado. Y tiene muchos problemas. Es como si quisiera destruirse.

Ya no recuerdo cuántos dias he dejado de dormir en mi cuarto y solo me encuentro despertando junto a él. Es tan rico besarnos por la ma~ana, prepararle un té y yo mi café, fumar juntos, despedirnos y luego vernos nuevamente en la noche, cocinar, reir, tomar algo, darle un masaje...

No sé si me gusta estar con él. A veces se pierde en su mundo y me aparta.

Hay dias como hoy en los que espero un mensaje suyo y muy dentro de mí siento que ya no lo quiero ver. Le he dicho a Dios que me he dado por vencida. Si la gente quiere estar conmigo que me busquen, si no, yo no habré de buscarlos. Tengo miedo a enamorarme, y cuando estoy con LS es como si todos mis interruptores se apagaran, no siento nada, simplemente una enorme necesidad de ayudarle a salir, que pudiera pedirme ayuda y ayudarnos juntos, estando juntos, superando las cosas que nos causan dolor y locura.

No sé en que termine esto, pero dicen que cuando las cosas no comienzan con tanta pasión, la probabilidad de que funcionen es muy alta.

Me da miedo que las cosas llegaran a funcionar con LS. Yo sé que él no es bueno para mí, lo se por sus vicios...

Qué será del amor que no crece?... Quiero un amor que florezca, que sea bueno, que me permita sentir que soy útil. Sólo pídemelo LS y abre tu corazón...